Enfermedad mitocondrial

Enfermedad mitocondrial y Ortonatura

Enfermedad mitocondrial: el vínculo oculto entre la disfunción celular y los trastornos crónicos.

Las mitocondrias, conocidas como las “centrales energéticas” de la célula, desempeñan un papel vital en la producción de ATP a través de la fosforilación oxidativa. Además de generar energía, también regulan la señalización celular, la apoptosis, el metabolismo de ácidos grasos y aminoácidos, y la homeostasis del calcio. Cuando estas estructuras pierden su funcionalidad, se compromete el rendimiento de los órganos con alta demanda energética, dando lugar a una amplia gama de síntomas y patologías multisistémicas.

El término “enfermedad mitocondrial” abarca un grupo de trastornos que pueden ser de origen genético (mutaciones en el ADN mitocondrial o nuclear) o adquiridos, y que derivan en una alteración del metabolismo energético celular. Aunque históricamente se han considerado poco comunes, hoy se reconoce que la disfunción mitocondrial está implicada en enfermedades crónicas comunes como la fatiga crónica, fibromialgia, Parkinson, Alzheimer, diabetes tipo 2 y envejecimiento acelerado.

Ortonatura, antioxidantes

Signos de alerta y sistemas comprometidos

Los síntomas varían ampliamente, pero algunos signos clínicos frecuentes incluyen:

  • Fatiga persistente sin causa aparente
  • Debilidad muscular o intolerancia al ejercicio
  • Trastornos neurológicos como pérdida de memoria o cefaleas
  • Problemas digestivos funcionales
  • Disautonomía o intolerancia ortostática
  • Cardiopatías o miopatías
  • Desarrollo neuropsicomotor lento en niños

Debido a la heterogeneidad clínica, el diagnóstico suele ser tardío o subestimado. Sin embargo, herramientas como la historia clínica detallada, la evaluación de síntomas funcionales, y análisis bioquímicos (como niveles de lactato, coenzimas, ácidos orgánicos en orina y capacidad antioxidante) pueden orientar hacia una sospecha diagnóstica.

Nutrición ortomolecular como estrategia coadyuvante

El enfoque ortomolecular ofrece alternativas terapéuticas seguras y efectivas para apoyar la función mitocondrial, restaurar el equilibrio celular y reducir el estrés oxidativo. Este modelo se basa en el uso de nutrientes en dosis adecuadas para corregir deficiencias y optimizar las rutas bioquímicas.

Algunos nutrientes clave:

  • Coenzima Q10: esencial en la cadena de transporte de electrones. Mejora la producción de ATP y reduce el daño oxidativo.
  • L-carnitina: facilita el ingreso de ácidos grasos a la mitocondria para su conversión en energía.
  • Complejo B: cofactores indispensables para el ciclo de Krebs y la respiración celular.
  • Magnesio: participa en más de 300 reacciones enzimáticas, incluyendo la síntesis de ATP.
  • Ácido alfa lipoico y glutatión: antioxidantes que protegen la integridad mitocondrial.
Suplementos ortomoleculares Ortonatura coadyuvantes

Considerar la disfunción mitocondrial como una causa subyacente en pacientes con fatiga crónica, deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas puede abrir nuevas puertas terapéuticas. La integración de la nutrición ortomolecular, junto con un enfoque clínico personalizado, permite ofrecer una atención más integral, funcional y con menor carga farmacológica.

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