En la práctica clínica, es común que algunos pacientes refieran dificultades para conciliar el sueño luego de iniciar una suplementación nutricional. Desde la perspectiva de la nutrición ortomolecular, este fenómeno puede explicarse a través de diferentes mecanismos bioquímicos: activación mitocondrial, estimulación suprarrenal, alteraciones en los ritmos circadianos o sobrecarga de metilación.
Comprender estas interacciones resulta esencial para los profesionales de la salud, ya que permite ajustar las dosis, el momento de administración y la combinación de nutrientes con un enfoque más individualizado.
1. Activación mitocondrial y aumento de energía celular
Diversas vitaminas y cofactores celulares —entre ellos la vitamina C, el complejo B, la coenzima Q10 (CoQ10) y la pirroloquinolina quinona (PQQ)— incrementan la respiración celular y la producción de ATP.
En pacientes sensibles, esta activación metabólica puede manifestarse como inquietud o insomnio, especialmente cuando los suplementos se administran por la noche.
La vitamina B5 (ácido pantoténico) merece atención particular. Aunque es esencial para la función suprarrenal y neurológica, dosis altas (≥400 mg/día) pueden inducir síntomas de sobreestimulación.
La neuróloga Dra. Stasha Gominak ha observado que el exceso de B5 puede generar un efecto similar al de un estimulante, especialmente en individuos con disbiosis intestinal o deficiencia relativa de esta vitamina [1,2].
En su enfoque clínico, recomienda utilizar un complejo B equilibrado (con cerca de 100 mg de B5) junto con vitamina D3, para favorecer la síntesis de acetilcolina y promover el tono parasimpático. Esta combinación contribuye a restablecer el equilibrio microbiano y mejorar la calidad del sueño.

2. Estimulación suprarrenal y de catecolaminas
Las vitaminas C y B5 actúan como cofactores en la síntesis de hormonas suprarrenales (cortisol, adrenalina y noradrenalina), mientras que otras del complejo B, como B6, B12 y niacina, participan en la producción de dopamina y serotonina [3,4].
En personas con disfunción suprarrenal subclínica, estas vías pueden inducir un estado de alerta sostenido, descrito clínicamente como “cansancio con hiperactividad mental”, que interfiere con el inicio o mantenimiento del sueño.
Por ello, se recomienda administrar estos suplementos durante la mañana o primeras horas de la tarde, para respetar la cronobiología endocrina.
3. Alteraciones en los ritmos circadianos y hormonales
La vitamina D3 participa en la modulación de la melatonina, del cortisol y de los genes del reloj circadiano [5]. Cuando se administra por la noche, puede alterar la producción fisiológica de melatonina.
Por esta razón, se recomienda su consumo matutino, idealmente junto con el desayuno.
Del mismo modo, la L-carnitina, si bien mejora la oxidación de ácidos grasos y la función mitocondrial, puede producir una leve estimulación en algunos individuos, por lo que su administración debe programarse por la mañana.
Es importante considerar que la reducción natural de melatonina, DHEA y hormona tiroidea con la edad aumenta la susceptibilidad de los adultos mayores a las alteraciones del sueño inducidas por suplementos estimulantes.
4. Sobrecarga de metilación y procesos de desintoxicación
Nutrientes como la niacina, vitamina B12 y folato actúan como donadores de grupos metilo, participando en procesos de desintoxicación hepática y en el metabolismo de neurotransmisores.
Una activación excesiva de estas vías puede generar síntomas transitorios de ansiedad, sueños vívidos o inquietud [6].
La Dra. Candace Pert enfatizó que gran parte de la comunicación celular se da a nivel de los receptores; una sobrecarga metabólica puede saturar estas rutas y alterar la señalización neuroquímica. En tales casos, las fuentes nutricionales naturales —minerales y vitaminas derivadas de alimentos integrales— suelen ser mejor toleradas que las sintéticas [7].
5. Estimulantes ocultos y combinaciones inadecuadas
Algunas formulaciones comerciales de suplementos o bebidas funcionales pueden incluir estimulantes bajo nombres poco familiares (por ejemplo, derivados de cafeína o teobromina).
Incluso productos populares como Emergen-C Energy+ contienen cafeína añadida, y ciertas bebidas “sin café” pueden incluir compuestos excitantes [8].
Además, los somníferos de venta libre que combinan melatonina con extractos sedantes (valeriana, pasiflora, etc.) pueden generar interacciones contradictorias que alteran la arquitectura del sueño.
En pacientes que utilizan fármacos, THC o derivados de opiáceos, el equilibrio neuroquímico puede verse aún más comprometido.
Nutriente | Dosis asociada a efectos adversos | Mecanismo potencial |
---|---|---|
Vitamina C | >2,000–3,000 mg/día | Activación mitocondrial y suprarrenal; efecto diurético |
Niacina (IR o SR) | >500–1,000 mg/día | Estimulación dopaminérgica; exceso de metilación |
Complejo B (B5, B6, B12) | Alta potencia | Activación neuroendocrina |
Vitamina D3 | >5,000–10,000 UI/día | Modulación circadiana y hormonal |
CoQ10, PQQ, Ácido alfa lipoico | Dosis moderadas-altas | Estimulación mitocondrial |
L-carnitina | Uso vespertino | Aumento del metabolismo energético |

Recomendaciones para la práctica clínica ortomolecular
- Evaluar el biorritmo del paciente.
Ajuste los horarios de suplementación para evitar la administración nocturna de nutrientes estimulantes. - Preferir dosis fisiológicas antes que farmacológicas.
La titulación gradual permite observar la respuesta bioquímica individual y prevenir sobreestimulación. - Monitorear el estado del microbioma intestinal.
La flora intestinal influye directamente en la síntesis endógena de vitaminas del complejo B. - Identificar posibles estimulantes ocultos.
Revise etiquetas de suplementos o bebidas funcionales. - Apoyar la relajación nocturna.
En caso de insomnio, puede ser útil recurrir a nutrientes de acción calmante como magnesio, glicina, L-teanina o taurina, y a fitocomplejos relajantes bajo supervisión profesional.
El insomnio inducido por suplementos no se debe a un “efecto adverso” en sí mismo, sino a un desequilibrio funcional entre las vías energéticas y los mecanismos de descanso.
El enfoque ortomolecular permite corregir este desequilibrio mediante la personalización de dosis, tiempos de administración y combinaciones sinérgicas de nutrientes.
Comprender cómo cada molécula influye en la fisiología del sueño representa un paso clave para optimizar los tratamientos integrales y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Referencias
- Gominak S. Pantothenic Acid Deficiency and Sleep Dysfunction. DrGominak.com
- Gominak S. Vitamins for Sleep: The Natural Way to Restore Your Sleep. NC Integrative Medicine
- Otten J., Hellwig J., Meyers L. Dietary Reference Intakes for B Vitamins and Choline. National Academies Press, 1998.
- Peuhkuri K, et al. Diet promotes sleep duration and quality. Nutr Res, 2012.
- Muscogiuri G, et al. Vitamin D and sleep regulation. Endocrine, 2019.
- Linhartová P, et al. Effects of methylation nutrients on neurotransmitter metabolism. Nutrients, 2020.
- Pert C. Molecules of Emotion. Scribner, 1997.
- Can vitamins cause insomnia? Medical News Today, 2023.