La salud ósea va mucho más allá del calcio y la vitamina D. Desde la perspectiva ortomolecular, es fundamental considerar una gama de micronutrientes esenciales que actúan de forma sinérgica para fortalecer la estructura ósea, prevenir la osteoporosis y optimizar la mineralización.
Magnesio: el apoyo estructural y funcional
Aunque no forma parte del cristal de hidroxiapatita, el magnesio participa activamente en la matriz ósea y regula la actividad de los osteoblastos. La deficiencia de magnesio se ha vinculado con huesos más débiles y tendencia a inflamación. Se ha observado que complementar la dieta (por ejemplo con 250 mg diarios) puede mejorar la densidad mineral ósea, aunque los resultados sobre reducción real de fracturas aún son mixtos.

Vitamina K2: dirige el calcio al hueso, no a las arterias
La vitamina K2, especialmente en formas MK-4 y MK-7, actúa como cofactor para la carboxilación de la osteocalcina, una proteína que permite incorporar calcio en la matriz ósea. Además, evita la calcificación en tejidos blandos como las arterias. Estudios controlados muestran reducciones significativas en fracturas: hasta 6 % menos de fracturas de cadera, 13 % menos vertebrales y 9 % menos otras fracturas.
Boro: refuerza la acción del calcio, magnesio y vitamina D
Este oligoelemento aún poco reconocido puede mejorar la absorción y utilización del calcio, el magnesio y la vitamina D, además de estimular la actividad de los osteoblastos y reducir la de los osteoclastos. En estudios con mujeres posmenopáusicas, consumir 3 mg diarios de boro disminuyó la excreción urinaria de calcio y magnesio y favoreció hormonas relacionadas con la salud ósea.
Silicio: un soporte para la colágena ósea
Participa directamente en la formación del colágeno y en la mineralización ósea. Su suplementación ha sido asociada con mayor densidad mineral ósea y resistencia estructural.
Zinc y otros minerales traza: piezas clave en el metabolismo óseo
El zinc es esencial para la mineralización ósea y potencia la acción de la vitamina D. Tanto el zinc como el cobre, el manganeso y el hierro contribuyen a formar la estructura orgánica del hueso y asegurar un recambio saludable.
Desde un enfoque ortomolecular, la salud ósea óptima no depende solo del calcio y la vitamina D. Integrar en la dieta —y suplementar si es necesario bajo supervisión médica— nutrientes como el magnesio, vitamina K2, boro, silicio y zinc permite una estrategia más completa. Esta combinación:
- Mejora la absorción y uso de calcio.
- Dirige este mineral hacia el hueso y no a tejidos blandos.
- Apoya la síntesis del colágeno óseo.
- Regula el equilibrio entre formación y resorción ósea.

Recomendación final
Promueva alimentos ricos en estos micronutrientes (hojas verdes, frutos secos, cereales integrales, vegetales fermentados, frutas como ciruelas y peras). Y, cuando se evalúe suplementación, hacerlo de forma personalizada, considerando niveles, necesidades y riesgos individuales.